Día Mundial de la Prevención del Suicidio: Hablemos, Escuchemos, Actuemos

Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha impulsada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). El objetivo es crear conciencia sobre la importancia de la prevención, derribar estigmas y recordar que el suicidio es prevenible.

Una realidad que no podemos ignorar

De acuerdo con la OMS, más de 700.000 personas mueren por suicidio cada año en el mundo, lo que equivale a una persona cada 40 segundos. Además, por cada suicidio consumado, se estima que hay más de 20 intentos. Esto convierte al suicidio en una de las principales causas de muerte, especialmente en jóvenes entre 15 y 29 años.

El suicidio no es simplemente un “acto aislado”, sino el resultado de una compleja interacción entre factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Condiciones como la depresión, la ansiedad, el abuso de sustancias, los traumas no resueltos, la soledad o las dificultades económicas aumentan la vulnerabilidad, pero también existen factores protectores que pueden salvar vidas.

La importancia de hablar y escuchar

El estigma alrededor de la salud mental es uno de los mayores obstáculos para la prevención. Muchas personas temen hablar de sus pensamientos suicidas por miedo a ser juzgadas o incomprendidas. Sin embargo, la evidencia científica muestra que:

• Hablar sobre el suicidio no incita a cometerlo; por el contrario, puede abrir un espacio de alivio y búsqueda de ayuda (OMS, 2019).

• La detección temprana y el acceso oportuno a servicios de salud mental reducen significativamente el riesgo.

• El apoyo social y familiar funciona como un factor protector clave.

  
  

Qué podemos hacer desde lo cotidiano

La prevención no solo depende de profesionales de la salud; como sociedad, todos podemos contribuir:

1. Escuchar sin juzgar: ofrecer un espacio seguro para que la persona pueda expresar lo que siente.

2. Validar las emociones: reconocer el dolor emocional en lugar de minimizarlo.

3. Conectar con ayuda profesional: psicólogos, psiquiatras y líneas de atención en crisis son recursos esenciales.

4. Promover hábitos protectores: fomentar redes de apoyo, autocuidado, rutinas saludables y pertenencia comunitaria.

   
   

Un mensaje de esperanza

El lema de este año (2025) es “Crea esperanza a través de la acción”. Esto nos recuerda que siempre podemos hacer algo: desde una conversación empática hasta acompañar a alguien en la búsqueda de ayuda. Nadie debería atravesar la desesperanza en soledad.

Si estás pasando por un momento difícil, recuerda: tu vida importa y pedir ayuda es un acto de valentía.

"Si tú o alguien cercano está luchando con pensamientos suicidas, no estás solo. Buscar ayuda puede marcar la diferencia. Agenda tu consulta aquí [enlace] o descarga mi recurso gratuito de autorregistro emocional para empezar a cuidar tu salud mental."